Descubre Sevilla

«Sevilla no se puede explicar, hay que vivirla. Tiene un alma única»

-Ferran Adriá-

Historia

La fundación de Sevilla, de acuerdo con la leyenda, se atribuye a la ciudad mítica de Tarsis, presuntamente fundada por Hércules y posteriormente cedida a su hijo Híspalo, dando origen a su denominación primitiva: Híspalis.

Su origen se remonta al siglo VIII a.C. durante el periodo tartésico, surgido a partir del poblado denominado Ispal. En esta localidad, se llevaban a cabo actividades comerciales con navegantes griegos, cartagineses y fenicios. Sin embargo, fue destruido en el siglo II a.C. durante las guerras entre cartagineses y romanos. Tras la conclusión de las Guerras Púnicas, los romanos reconstruyeron la ciudad, rebautizándola como Híspalis.

Durante la época romana, Sevilla formó parte de la Hispania Ulterior y, tras la división administrativa impulsada por el emperador Diocleciano, quedó integrada en la provincia Bética. Tras la caída del Imperio Romano, la ciudad fue invadida por los vándalos en el año 428, quienes causaron considerable destrucción; no obstante, fueron posteriormente expulsados por los godos. En el año 573, la ciudad fue tomada por Leovigildo, destacándose en este periodo las figuras de los obispos San Leandro y San Isidoro, autor de las Etimologías.

Durante la dominación musulmana de Al-Andalus, en los primeros años del siglo VIII, los árabes, bajo el liderazgo del general Musa ibn Nusayr, convirtieron a Sevilla en una de las ciudades más destacadas de la región, siendo conocida como Isbiliyya. En el siglo IX, los normandos atacaron la ciudad, causando importantes daños, pero fueron expulsados y la ciudad fortificada por Abderramán II. A partir del año 1013, durante los reinos de taifas, Sevilla experimentó un notable auge.

La ciudad también fue testigo del paso de los almorávides a partir de 1086 y los almohades a partir de 1144, viviendo en esta época un esplendor económico gracias al comercio con el norte de África. Se erigió la grandiosa Mezquita, destacando entre sus estructuras la Giralda. La conquista cristiana fue liderada por Fernando III en el año 1248.

El descubrimiento de América enriqueció a Sevilla, siendo la creación de la Casa de Contratación en 1503 un hito para el control de personas y mercancías relacionadas con el Nuevo Mundo. El puerto propició la prosperidad de la ciudad, convirtiéndola en una de las más importantes de occidente, con notables influencias en la arquitectura, la imaginería y la pintura.

A principios del siglo XVIII, debido al crecimiento de los barcos y su calado, la entrada al Guadalquivir se volvió complicada, y Cádiz se convirtió en el centro de control del comercio americano, marcando así el inicio de la esperada decadencia de Sevilla.

A lo largo del siglo XIX, Sevilla ganó renombre internacional gracias a las crónicas de numerosos viajeros que la visitaron. La Exposición Iberoamericana de 1929 marcó el inicio de la modernización de la ciudad en el siglo XX, con la creación de una infraestructura urbanística acorde con los nuevos tiempos.

Con la instauración de la democracia a finales de los setenta, Sevilla fue proclamada capital de la Comunidad Autónoma de Andalucía.

Sevilla monumental

Los 10 monumentos que no te puedes perder:

1. La Catedral de Sevilla

2. La Giralda

3. Los Reales Alcázares

4. Las Setas de Sevilla

5. La Torre del Oro

6. La Iglesia del Salvador

7. El Puente de Triana

8. La Plaza de España

9. El Parque de María Luisa

10. El Archivo de Indias

Sevilla en tu paladar

Si eres amante de las tapas y aspiras a degustar los renombrados «montaitos», contemplas la idea de saborear una cerveza refrescante, o, como localmente la denominamos, una «corta», mientras exploras las pintorescas calles de nuestra ciudad y te sumerges en el deleite de descubrir la gastronomía autóctona, esta guía ha sido concebida especialmente para ti:

– Bodeguita Antonio Romero: prueba el famoso Piripi.

– Casa Ricardo: para los amantes de las croquetas.

– Patio San Eloy: disfruta su variedad de montaditos.

– Los Coloniales: para probar sus clásicas tapitas.

– Las Golondrinas: conocida en toda la ciudad por sus codornices.

– Tremendo: para una buena cerveza fresquita.

– Bodeguita El perejil: enamórate de su Vino de Naranja.

– Bodeguita Las Columnas: un clásico para la cerveza y tapas.

– Casa Coronado: no puede faltar en tu ruta de cervezas.

– Cervecería Giralda: prueba sus ricas tapas.

– Bar Baratillo: un clásico por sus tapas.

– Blanco Cerrillo: su olor indiscutible te atraerá al pasar por su calle, no puedes irte sin probar sus boquerones en adobo, famosísimos en la ciudad por dar olor  a una calle entera.

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